Encontré a un chico que
estaba abusando de una chica, inmediatamente corrí a junto ellos, y le di una
patada al chico en el estomago. Se quedo en el suelo, llevaba un pasamontañas,
me dirigí hacía la chica, y le grite que se fuera corriendo al bar del frente.
Se fue, quedábamos él y yo solos, en ese oscuro callejón. Nos miramos
fijamente. Me puse enfrente de su barriga. Le di otra patada, con toda la
fuerza que pude. Se quedo como inconsciente. Me fui poco a poco acercando a su
cara. Quería quitarle el pasamontañas, tenía que saber quién era ese miserable.
No entendía como una
persona fuera a capaz de hacer una cosa semejante, no me cavia en la cabeza. Los
hombres pensaban solo en eso, en hacerlo con una chica y después adiós, si te he
visto no me acuerdo, es que nos se daban de cuenta que nosotras también tenemos
sentimientos, que nosotras también sabemos lo que es el cariño, el amor, la
amistad, la nobleza, etc. Era una situación que me enfada mucho, veía injusto
todo lo que hacían con nosotras. Veía en la tele, como llegan noticias de
hombres que se acostaban con una chica y que después la mataban, o que la
tiraban a un rio o similar. Esos hombres, sin duda, no tenían corazón.
Cuando me acerque a su
cara, de repente, me sonó el móvil. Era Maikel, me envió un mensaje. Cogí una
cuerda, de los zapatos, y ate al chico. Leí el mensaje y decía:
Ola Daniela, necesito hablar contigo
es importante de verdad, sabes que te quiero, me arrepiento de verdad de lo que
sucedió el otro día en el parque, supongo que me sentí confuso, con las dos. Tú
eres una niña muy bonita, sabes que me encanta estar contigo y que contigo me
siento muy bien, muy feliz. Quedamos mañana a las cuatro en el parque, por
favor vente, necesito aclararte las cosas. Te quiero.
Ya
no sabía qué hacer o que decir, en el fondo de mi corazón, sentía un gran
cariño por él, aunque yo tratara con todas mis fuerzas no sentir lo que sentía,
pero eso era imposible, sabía que me estaba engañando a mí misma, pero no podía
evitarlo, no sabía qué hacer.
Volví a mirar fijamente
al chico, y me acerque. Le estaba quitando el pasamontañas. Ya le veía la boca.
Se me estaba haciendo conocido, cuando, de repente, me da una patada en la
rodilla. Me caí, inmediatamente, y él se levanto como pudo, porque tenía las manos
atadas. Lo vi irse, y yo después me levante. Corrí hacia el bar, para ver cómo
estaban ellas y llamar a la policía.
A los diez minutos vino
la policía, y me dijeron que los acompañara a la comisaria, junto con la chica,
a la comisaria a declarar. Llegamos a comisaria y………..
2 comentarios:
Siguientee (:
Siguientee (:
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